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Cerezas, Juan Gelman

Cerezas
Juan Gelman

a Elizabeth

esa mujer que ahora mismito se parece a santa
teresa
en el revés de un éxtasis/hace dos o tres besos fue
mar absorto en el colibrí que vuela por su ojo
izquierdo
cuando le dan de amar/

y un beso antes todavía/
pisaba el mundo corrigiendo la noche
con un pretexto cualquiera/en realidad es una
nube
a caballo de una mujer/un corazón

que avanza cuando tocan
el himno nacional y ella
rezonga como un bandoneón mojado hasta los
huesos
por la llovizna nacional/

esa mujer pide limosna en un crepúsculo de ollas
que lava con furor/con sangre/con olvido/
encenderla es como poner en la vitrola un disco
de gardel/
caen calles de fuego de su barrio irrompible

y una mujer y un hombre que caminan atados
al delantal de penas con que se pone a lavar/
igual que mi madre lavando pisos cada día/
para que el día tenga una perla en los pies/

es una perla de rocío/
mamá se levantaba con los ojos llenos de rocío/
le crecían cerezas en los ojos y cada noche los
besaba el rocío/
en la mitad de la noche me despertaba el ruido de
sus cerezas creciendo/

el olor de sus ojos me abrigaba en la pieza/
siempre le vi ramitas verdes en las manos con
que fregaba el día/
limpiaba suciedades del mundo/
lavaba el piso del sur/

volviendo a esa mujer/en sus hojas más altas se
posan
los horizontes que miré mañana/
los pajaritos que volarán ayer/
yo mismo con su nombre en mis labios/

Pintura: Vicente Romero

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