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el reconocido escritor vasco Fernando Aramburu ha obtenido el premio Biblioteca Breve de novela, que convoca Seix Barral.

“No es un roman à clé”, se ha afanado en aclarar Aramburu, quizá porque entre los miembros del jurado y presentes en el fallo público estaban los poetas José Manuel Caballero Bonald y Pere Gimferrer, ambos citados en la novela. “Son anclajes de la obra en la realidad pero no son personajes: nunca he puesto mi literatura al servicio del resquemor o para denigrar a nadie”. Pero el dramatis personae dejará volar la imaginación. Está el responsable de las jornadas y amigo de políticos que ejercerá de confesor y velará por el imposible descanso de las monjas; O el ilustre rapsoda Mateo Gil, de 64 años, ciego, que se presenta con una lazarilla sacada de sus clases universitarias, Vanessa Rincón, aprendiz de poeta pero sobre todo hermosa, por lo que por ello su veterano amante la dejará encerrada en su celda para que no sea catada por la jauría de restantes poetas. Completan el cuadro la última ganadora de las jornadas, apodada la Nívea, cuarentona dispuesta a todo para ser incluida en una prestigiosa antología; Eugenio Alpuente, poeta que devorará unos hongos alucinógenos al llegar o un tal Juanjo Changa, servil, mediocre o asesinable personaje del mundillo literario, casi siempre ebrio." Nota de El País Digital Hoy 10 de Febrero

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Hasta siempre Eduardo Galeano

“RECORDAR: Del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.” Y te recordaremos siempre maestro, gracias por tanto! Eduardo Galeano (3 de septiembre de 1940 - 13 de abril de 2015)

Fragmento de La Campana de Cristal de Sylvia Plath

"Vi mi vida desplegándose ante mí, mi vida como las ramas de la higuera verde [...] En la punta de cada rama, como un grueso higo morado, pendía un maravilloso futuro. Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos y otro higo era una famosa poeta y otro higo era una brillante profesora y otro higo era Esther Greenwood, la extraordinaria editora […] Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ése árbol de higos, muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, lo higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies."

Ejercicio de endurecimiento del espíritu "Claus y Lucas" de Agota Kristof

"La abuela nos dice: -¡Hijos de perra! La gente nos dice: -¡Hijos de bruja! ¡Hijos de puta! Otros nos dicen: -¡Imbéciles! ¡Golfos! ¡Mocosos! ¡Burros! ¡Marranos! ¡Puercos! ¡Gamberros! ¡sinvergüenzas! ¡Pequeños granujas! ¡Delincuentes! ¡Criminales! Cuando oímos esas palabras se nos pone la cara roja, nos zumban los oídos, nos escuecen los ojos y nos tiemblan las rodillas. No queremos ponernos rojos, ni temblar. Queremos acostumbrarnos a los insultos y a las palabras que hieren. Nos instalamos en la mesa de la cocina, uno frente al otro, y mirándonos a los ojos, nos decimos palabras cada vez más y más atroces. Uno: -¡Cabrón! ¡Tontolculo! El otro: -¡Maricón! ¡Hijoputa! Y continuamos así hasta que las palabras ya no nos entran en el cerebro, ni nos entran siquiera en las orejas. De ese modo nos ejercitamos una media hora al día más o menos, y después vamos a pasear por las calles. Nos las arreglamos para que la gente nos insulte y constatamos que al fin hemos consegui...