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Noviembre 19,De Los hijos de los días de Eduardo Galeano.

Al amanecer de este día de 1915, Joe Hill fue fusilado en Salt Lake City. Este extranjero agitador, que había cambiado dos veces de nombre y mil veces de oficio y de domicilio, había cometido las canciones que acompañaban las huelgas obreras en los Estados Unidos.
En la última noche, pidió a sus compañeros que no perdieran tiempo llorándolo:
Mi última voluntad es fácil de decir,
porque no dejo herencia para dividir:
Mi libertad es todo lo que queda,
no cría musgo la piedra que rueda.

De Los hijos de los días de Eduardo Galeano.

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Fragmento de La Campana de Cristal de Sylvia Plath

"Vi mi vida desplegándose ante mí, mi vida como las ramas de la higuera verde [...] En la punta de cada rama, como un grueso higo morado, pendía un maravilloso futuro. Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos y otro higo era una famosa poeta y otro higo era una brillante profesora y otro higo era Esther Greenwood, la extraordinaria editora […] Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ése árbol de higos, muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, lo higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies."

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